Hacia el cierre de esta edición de la Revista Mexicana de Comunicación, las autoridades sanitarias de México confirmaron que el país acumulaba diez semanas consecutivas de incremento sostenido de contagios por Covid-19. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estimó que dos subvariantes de Ómicron, denominadas como BA.4 y BA.5, serían responsables de nuevos brotes significativos en distintos países. La denominada quinta ola de la pandemia cerró junio con 47 mil 685 casos en el último día del mes según la estadística de la John Hopkins University. Paralelamente, las audiencias se enteraron de cambios en el cuadro de síntomas por las mutaciones de la variante más reciente, así como de los pormenores de las campañas de vacunación para las infancias entre los que destacó un intercambio de disparos en la capital de Puebla mientras transcurría una jornada de inmunización.
Como indicamos en el llamado a colaborar con el número del primer semestre del 2022, la irrupción de la pandemia de Sars-Cov-2 a finales de 2019 no sólo tuvo un impacto inmediato en el ejercicio diario del periodismo, sino que evidenció variadas condiciones que han dificultado la labor de este gremio y que, incluso, la han precarizado. La producción de información periodística está inserta en una situación crítica cuyo origen no fue únicamente el actual contexto de emergencia sanitaria. Se trata de una tendencia que tuvo sus raíces antes del establecimiento de la enfermedad por Covid-19. Sin embargo, es posible advertir que estas derivas del trabajo periodístico se agravaron en los dos años más recientes tanto por las condiciones sanitarias como por cambios contextuales. El periodismo actual atraviesa por una contingencia que podría conformar una de las emergencias de la eventual pospandemia al tiempo que es una herramienta fundamental para la comprensión y la acción frente a la crisis sanitaria cuando brinda datos de calidad con enfoques pertinentes.
Ante una coyuntura en la que la pandemia persevera, los antecedentes sobre este fenómeno dan cuenta de las dificultades enfrentadas por el periodismo según indicó la UNESCO: falta de formación en la prevención y gestión de riesgos; carencia de pautas para proteger la salud física y mental; insuficiencia de equipo; restricciones de carácter político o económico; conflictos sociales y la circulación excesiva de información y desinformación. Tales condiciones han contribuido a que el derecho a la información esté bajo amenaza y han dificultado el quehacer diario de las y los profesionales de la información. Incluso, como fue posible advertir en la cobertura mínima que hizo el número 145 de esta revista al Foro virtual e hispanoamericano de periodismo científico, edición Covid 2020, el momento actual está caracterizado por la falta de bagajes, herramientas y fuentes para la cobertura de temas científicos apremiantes.
Algunos de los ensayos del dosier temático del número 149 de la Revista Mexicana de Comunicación se sitúan en este escenario y reflexionan acerca de los modos, los alcances y las consecuencias del trato que ha recibido la información en el contexto de los dos años recientes y aun antes de la pandemia. Es el caso de nuestra colaboración invitada, a cargo de la reconocida investigadora Elvira Hernández Carballido, quien analiza el trabajo realizado por SemMéxico para cubrir la pandemia de Covid-19 con un enfoque feminista en “Periodismo, pandemia y feminismo. El caso de SemMéxico”.
Adicionalmente, tres entregas de nuestra sección central se acercan al problema práctico y conceptual de las fake news (o informaciones falsas), así como a los elementos ideológicos y las prácticas utilitarias subyacentes a las coberturas de la enfermedad causada por el Sars-Cov-2. Este es el aporte de “Entre fake news y noticias falsas: análisis de un caso”, de Sergio J. Aguilar Alcalá y Marialuisa Erreguerena, “La ideología sobre COVID-19 desde el discurso periodístico de la televisión mexicana. Construcción discursiva de las crisis sanitarias”, de Anay González Figueredo, y “Lo individual por encima de lo colectivo. El periodismo utilitario de las notas sobre las vacunas contra Covid-19”, de Deni Alejandra Silva Meaney.
Nuestra aproximación a la encrucijada que enfrenta el periodismo en el caso particular de México no podía dejar fuera que su sociedad, lamentablemente, atestigua un nuevo episodio de una problemática que ha afectado históricamente al gremio: el asesinato de periodistas. Organizaciones de la sociedad civil como Artículo 19 han advertido la falta de sanciones para 98% de los casos de violencia contra las y los periodistas en el país. Al mismo tiempo, México ocupa el lugar 143, de entre 180 países, en la clasificación realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF) y que mide el grado de libertad del que gozan las periodistas y los periodistas. El mismo organismo reportó que América Latina ha presenciado una aceleración de la censura debido a la pandemia por Covid-19 y, sobre todo, una multiplicación de los obstáculos para acceder a la información.
Al respecto, el dosier central presenta una entrevista con Leopoldo Maldonado Gutiérrez, director regional de Artículo 19 en México y Centroamérica, que sitúa el estado de violencia contra el periodismo en un entorno más amplio que incluye la violación sistemática de derechos humanos, especialmente en lo que tiene que ver con desapariciones y asesinatos, y la comunicación oficial como un espacio de negación de la situación de violencia. Entre los dichos recuperados por Paolo Sánchez Castañeda destacan las siguientes palabras de Maldonado Gutiérrez: “Todo lo que se habla sobre la violencia heredada es parte de la negación. No sólo es un evento del pasado; sigue sucediendo. Van más de 20 mil desaparecidos en este sexenio, hay casos de tortura, feminicidios. ¿A qué llegó con todo esto? Que la negación tiene una repercusión en el ámbito institucional y es que no se mueva el aparato de procuración, de administración de justicia y de atención a víctimas en la dirección adecuada para revertir este patrón de impunidad. Por el contrario, la negación lo profundiza”.
Resulta evidente que las condiciones propiciadas por la pandemia de Covid-19 trascurren al par de la proliferación de información falsa que incide en la desinformación y la subinformación, y que afecta la credibilidad de los medios en un entorno caracterizado por conflictos políticos, inequidades de género, disputas ideológicas y un proceso inflacionario inédito desde hace al menos 20 años. Una deriva de este contexto se encuentra en un ensayo que, con base en la concepción del discurso político como una puesta en escena, se aproxima al problema de la credibilidad de la información dispuesta por la presidencia actual de México en un texto más bien próximo a la opinión periodística: “Credibilidad en juego”, Rafael Gerardo Vargas Pasaye.
La entrega de enero-junio de 2022 de la Revista Mexicana de Comunicación está complementada con las colaboraciones de su convocatoria permanente. En la sección de ensayo, ofrecemos “La interacción social en los nuevos espacios de la biblioteca y su función de comunicación”, en el que José Luis Vázquez Luna señala qué cambios son necesarios ante las nuevas dinámicas comunicacionales de los espacios bibliotecarios, y “El panóptico de los influencers: vigilancia y exclusión en redes sociodigitales”, en cual Luis Fernando Bolaños Gordillo ofrece una mirada crítica a la vigilancia que los llamados influencers han establecido como mecanismo para castigar y excluir a las personas con quienes tienen disputas ideológicas u opiniones no compartidas. La sección de visuales incluye la tercera entrega de un ejercicio de antropología visual, a cargo de los investigadores Inés Cornejo Portugal y Vicente Castellanos Cerda, sobre comunidades de Santa Elena, Yucatán. En el trabajo más reciente abordan el testimonio de Elsi.
Finalmente, proponemos un conjunto de reseñas sobre publicaciones de investigación: Leonardo Mastromauro se aproxima a Prácticas espaciales. Función pública y política del arte en la sociedad de las redes, de Cecilia Guida, publicado en Chile por Metales Pesados (2021); Horizontalidad. Hacia una crítica de la metodología (2020), compilación editada en el CLACSO por Inés Cornejo y Mario Rufer, es abordada por Mirian Solís Lizama; por último, Yenifer Alondra Zenteno Campos escribe sobre Investigar en cuerpo, arte y comunicación. Perspectivas e intersecciones en la producción de conocimiento, antología a cargo de Martín Scarnatto y Fabián Amilcar De Marzini, editada por TeseoPress en Buenos Aires (2020).
Al abordar el caso de las informaciones falsas en su colaboración para este número, Sergio J. Aguilar Alcalá y Marialuisa Erreguerena sugieren que uno de los problemas para identificar ese fenómeno reside en la falta de consensos sobre su denominación. Consideramos que esta falta de acuerdos, más allá de del ámbito conceptual de las llamadas fake news¸ es uno rasgo característico de la encrucijada que enfrenta la actividad periodística en la actualidad. Por lo tanto, no sólo carecemos de claridad sobre las derivas que padece la información, sino que tampoco identificamos a plenitud las causas y las condiciones que la afectan. Las colaboraciones de este número constituyen un esfuerzo plausible por esclarecer algunos de los factores que han complicado la tarea del periodismo frente a la pandemia por Covid-19 y a la violencia en México, y, sobre todo, dan muestra de algunas de las consecuencias de aquellas coberturas y agendas en que no hay un venia colectiva a favor de enfoques informativos que puedan resultar pertinentes para enfrentar la crisis sanitaria o para conciliar posicione a favor de un bien cívico mayor.
Rodrigo Martínez Martínez